Tubos de Halloween

Esto no lo ha escrito una mano humana.

 

Cómo los deepfakes logran imitar (y crear) caligrafías imposibles.

Bruce Willis ya no necesita trabajar. Una inteligencia artificial puede hacer su papel, y la tendencia parece ir ganando peso en todos los ámbitos del mundo del cine, incluido el doblaje. Los deepfakes son cada vez más fácil de detectar tanto en vídeos como en imágenes o voces sintetizadas, y ahora tenemos otro campo en el que se vuelven sorprendentes: la escritura caligráfica.

Esa letra no es la mía (ni la de nadie). Una aplicación web llamada Calligrapher.ai permite que cualquiera pueda escribir una frase corta para que luego una red neuronal la transforme en una singular caligrafía que parece ciertamente humana.